El detective Bruce Robertson quiere un ascenso. Claramente es la persona adecuada para el trabajo, el resto de sus colegas son idiotas. Desafortunadamente, ha habido un asesinato y el jefe de Bruce quiere resultados. No hay problema. Él está al mando y cuando resuelva el caso y consiga el ascenso su mujer volverá con él. No hay problema. ¿Es la vida así de sencilla? ¿Es Bruce quien cree que es? Filth es la patética y divertida respuesta a estas preguntas.
Adaptación de la novela de Welsh en la que se rebaja notablemente su tono asqueroso y depravado. Una comedia negra en la que lo más destacado es la gran interpretación de James McAvoy como un policía escocés alcohólico y drogadicto, un auténtico deshecho humano. A lo largo de la película su personaje buscará un reconocimiento personal sin importarle a quién deba pisar ni cómo haya de hacerlo. Atención al final (en realidad doble final) que se aleja mucho de las conclusiones a las que nos tienen acostumbradas las cintas de Hollywood. Pasable.