No Le Digas A Mamá Que La Niñera Ha Muerto
Los planes de Tanya, de 17 años, para pasar un verano sin preocupaciones se ven desbaratados cuando su madre, estresada hasta el límite, se marcha a un retiro de bienestar y pone a Tanya y a sus tres hermanos a cargo de una vieja niñera cascarrabias (y racista). La repentina muerte de la niñera deja a los niños cortos de dinero y reacios a sacar prematuramente a mamá de su tan necesario descanso, por lo que Tanya se ve obligada a conseguir un trabajo. Haciéndose pasar por adulta, consigue un trabajo como asistente ejecutiva en una empresa de moda y, de la noche a la mañana, se ve inmersa en el mundo de la edad adulta y la paternidad.