Los Tortuga Anabel y su madre, Delia, lloran la muerte de Julián, el padre de Anabel. Una orden de desalojo los obliga a abandonar su casa de Barcelona y regresar a los olivares de Jaén que una vez abandonaron en busca de un futuro mejor. Juntos buscarán una forma de reconstruir su futuro volviendo a sus raíces abandonadas.