Quills
1790, el Marqués de Sade se encuentra internado en un inmundo hospital para enfermos mentales en la Francia Napoleónica. El sacerdote Abbe Coulmier le proporciona material para escribir como parte de una "terapia catárquica". La lavandera Madeline pasará de contrabando las narraciones pornográficas del Marqués, que serán devoradas por el populacho.