Arsène Lupin
Desviar la atención, esa es la clave. Si no lo olvidas, nadie podrá detenerte nunca. Estas son las palabras que pronuncia el ladrón Théophraste Lupin a su hijo Arsène antes de desaparecer, asesinado por un misterioso cómplice. Al crecer, el joven huérfano no dejará de aplicar esta máxima en lo que será su gran pasión: el robo.