Última sospecha
Tras la muerte de sus padres en un accidente de tráfico, Ruby y Reed tienen que marcharse a vivir a la mansión de sus nuevos tutores, los Glass, en Malibú. A pesar de su vida en apariencia cómoda, Ruby descubre que sus tutores estaban prácticamente arruinados y que el dinero de la herencia de sus padres puede haber sido su tabla de salvación. Ambos deciden investigar si provocaron su muerte.