Abel es un tipo solitario que trabaja para Domingo, que le contrata para cobrar deudas de morosos. Sus métodos son directos y expeditivos, sus resultados también. Aunque la paga es buena el trabajo no es gratificante. Su sueño es dejarlo todo e irse con su hijo a una casa junto al mar. Kay lleva desde siempre buscándose la vida en las calles. Con cuatro años su padre, Sebas, ya la usaba como gancho de sus timos. Desde que su madre les abandonó, han vivido juntos. La casualidad une a Abel y Kay y la atracción es inmediata. Un golpe a medias les acabará por unir. |