En 2018, el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, al que se hace referencia en la película como Mr. K, capturó la atención del mundo a medida que, poco a poco, se hacían públicos fragmentos de su destino. Lo que comenzó como una misteriosa desaparición en el consulado saudita en Estambul, lentamente se convirtió en una elaborada red de mentiras y, finalmente, en un horrible asesinato. La noticia fue particularmente inquietante porque aparentemente ocurrió a instancias del príncipe heredero de Arabia Saudita, lo que llevó a muchos líderes mundiales a subir al ring y expresar su condena, incluido el presidente de los Estados Unidos, “Sr. T”.
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