Roy Cohn, uno de los hombres estadounidenses más controvertidos e influyentes del siglo XX, era un abogado despiadado y sin escrúpulos y un agente de poder político cuya carrera de 28 años iba desde actuar como abogado principal del subcomité de caza comunista del senador Joseph McCarthy hasta moldear la carrera de un joven desarrollador inmobiliario de Queens llamado Donald Trump.
Cohn formuló su libro de jugadas en los años 50, pero hoy es demasiado familiar: siempre ataca; nunca admitas culpar o disculparte; use favores y miedo para garantizar el apoyo a sus objetivos; manipula de manera experta los medios para obtener ventaja y destruir a tus oponentes; mentir descaradamente, invalidando la idea de verdad; demandas de armamento; evadir impuestos y facturas; y, lo más importante, inflaman los prejuicios de la multitud al usar chivos expiatorios a personas indefensas.
Tanto para aquellos que recuerdan a Cohn como para aquellos que eran demasiado jóvenes como para tener conocimiento de él, ¿Dónde está Matt Tyrnauer, WHERE'S MY ROY COHN? expone quién era Cohn y cómo sus lecciones para su aprendiz Donald Trump han moldeado la política estadounidense contemporánea.
¿DÓNDE ESTÁ MI ROY COHN? cuenta la historia de Cohn desde su nacimiento en 1927 hasta su muerte en 1986, un viaje picaresco que nos lleva desde la depresión, pasando por el susto rojo de los años 50, hasta la vida de riqueza, celebridad y estudio 54 de Nueva York en los años 70 y 80.
En el documental Where's My Roy Cohn?, su protagonista es descrito como un hipócrita sin escrúpulos. También como un mar de contradicciones que nunca estuvo en paz consigo mismo y mucho menos con el mundo que le rodeaba. Como un homosexual que perseguía a los homosexuales. Un judío que odiaba a los judíos. ¿Otros adjetivos que le dedican? Malvado, corrupto, indecente, mentiroso y demagogo. Algunas de esas perlas salen de boca de su familia y amigos.
Podría ser un retrato más de una de las muchas personalidades de ética dudosa que prosperaron en los Estados Unidos del siglo XX. Pero hay un detalle que convierte a Roy Cohn en relevante a día de hoy, más de 30 años después de su muerte: la frase que da título al documental (“¿Dónde está mi Roy Cohn”, en español) fue pronunciada por Donald Trump.
La cita se le atribuye a Trump durante un momento especialmente tenso de principios de 2018, cuando las investigaciones acerca de la interferencia rusa en las elecciones se intensificaron. Trump necesitaba a un protector, a alguien que luchara por él tan ferozmente como lo hizo una vez Cohn. Pero para entender el significado de su frase en toda su dimensión primero hay que saber quién fue Roy Cohn.
Para cuando murió de SIDA en 1986, la biografía de Cohn era tan fascinante como despreciable. Su periplo vital lo asemejaba más a un villano de película que a un abogado real. Lo cual podría ser divertido si no fuera porque las consecuencias de sus peores actos todavía se notan en el mundo.
Tras graduarse en la facultad de derecho con solo 20 años, se hizo un nombre procesando a Ethel y Julius Rosenberg por espionaje. Ya en ese caso dejó de lado la ética para asegurarse de que el matrimonio judío no solo era declarado culpable sino condenado a muerte, a pesar de que las pruebas eran insuficientes.
“Nueva York es la última ciudad transaccional, y diría que Cohn influyó en la naturaleza oscura de la ciudad de ese período y la hizo especialmente corrupta”, explica a Los Angeles Times el director del documental, Matt Tyrnauer.
Su falta de escrúpulos y sus maneras belicosas le convirtieron en un personaje notorio, que se rodeaba de las personas más prominentes del país: celebrities, magnates de la comunicación, los Reagan... y Donald Trump.
Los dos hombres unieron fuerzas por primera vez cuando Trump, por entonces un joven empresario de la construcción, fue demandado, junto a su padre, por negarse a alquilar sus apartamentos a inquilinos negros. En contra de la opinión inicial de Cohn, Trump llegó a un acuerdo con los demandantes, no sin antes contrademandar al Gobierno por 100 millones de dólares. Trump había aprendido una de las reglas de oro de Cohn: nunca admitas que estás equivocado y nunca te disculpes.
Fue el principio de una fructífera relación en la que Cohn ayudó al actual presidente a cerrar acuerdos de construcción exclusivos, demandó a la Liga Nacional de Fútbol por conspirar contra su cliente y preparó el acuerdo prenupcial para la primera esposa de Trump.
Según cuentan, fue Cohn quién enseñó a Trump a mantener a las autoridades lejos mientras se involucraba en negocios turbios. También a manipular a los medios culpando a terceras personas si se veía envuelto en una polémica. Y, con su propio ejemplo, le mostró que mientras fueras carismático daba igual si eras un sinvergüenza: los medios te convertirían en estrella. En otras palabras: Cohn ejerció de mentor para Trump.
“Roy Cohn creó un presidente más allá de la tumba”, dice Tyrnauer al Daily Beast. “Es casi una afirmación absurda, pero en este caso es cierto. Con la elección de Trump, Cohn pasa de ser una nota al pie de la historia de los Estados Unidos a ser un moderno Maquiavelo, lo cual es un fenómeno sorprendente”.
Su hipocresía también marcó su vida privada. A pesar de haber empezado su carrera persiguiendo a trabajadores gubernamentales homosexuales, él mismo era un gay que nunca salió del armario.
Su voraz apetito sexual era legendario, pero siguió negando ser homosexual incluso cuando contrajo el SIDA. En público decía que tenía cáncer mientras aceptaba la ayuda de Reagan para probar un tratamiento experimental para el VIH.
Después de décadas de escapar de las amenazas legales por su comportamiento profesional, Cohn finalmente fue inhabilitado por conducta poco ética. Ya estaba en las etapas finales de su enfermedad, y su fastuoso círculo social había dejado de llamar. Trump también se olvidó de él. Hasta ese día de 2018 en el que se vio acorralado.
Este documental esta díriguido por Matt Tyrnauer quién también se hizo cargo del documental de "Studio 54". Se estrena el 11 de Octubre.
Ficha de Where is My Roy Cohn en Cine.com | 
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