No es la precuela de La Profecía de Richard Donner
Estamos inmersos en una era de remakes de clásicos del género. Basta con observar la lamentable trilogía de “Halloween” dirigida por David Gordon Green. O la más reciente “Exorcista: Creyente” (2023), del mismo director, sí quieres ver el análisis que realice de esta última te dejo aquí arriba para que lo veas. Es por eso que una precuela de “La profecía” no suena atractiva de entrada. Para sorpresa de muchos, la película ha sido muy bien recibida tanto por la crítica como por el público, siendo elogiada como una precuela digna. Lamentablemente, no me encuentro entre quienes comparten esa opinión.
En la película original "La profecía", de Richard Donner, Damien Thorn nació el 6 de junio de 1970 a las 6 de la mañana. Los presentes en su nacimiento quedaron estupefactos al descubrir que había sido engendrado por una hembra de chacal, lo cual representaba una ominosa señal para la cristiandad. Sin decir una palabra, entregaron al recién nacido a Robert Thorn, el embajador de Estados Unidos en Gran Bretaña, quien había perdido a su primogénito esa misma mañana. Más adelante, descubrimos que su bebé no murió durante el parto, sino que fue asesinado. A pesar de conocer la verdad sobre el origen del bebe y saber que no es su hijo biológico, Robert oculta este hecho a su esposa, Katherine, para evitarle el dolor.
En “La profecía”, del año 1976, les traigo la escena donde la trama conduce a los protagonistas con la información obtenida a través del padre Spiletto en el monasterio de San Domenico hace que viajen al cementerio de Cerveteri, en la gruta de Sant'Angelo, cerca de Roma. En una fría y silenciosa noche, los dos hombres se internan entre las tumbas para intentar descubrir el origen de Damien. Al profanar las tumbas con horror descubren en una de ellas, los restos esqueléticos de un bebe con un agujero en su cráneo, al abrir la otra, encuentran en su interior los huesos de un chachal.
En “La profecía III, el conflicto final”, estrenada en 1981, Sam Neill en la piel de un Damien Thorn adulto, lo escuchamos en esa oración sublime que hace a su padre, Lucifer frente a una imagen de Jesús crucificado a la inversa. Recordemos el momento:
“Los dos fuimos creados hombre. Pero tú naciste de un Dios inútil y yo fui concebido de un chacal, nací de Satanás, el desolado…”
Cómo hemos podido apreciar, en la original de 1976 y sus secuelas posteriores, se revela que Damien nació de un chacal y fue engendrado por Satanás. Para cerrar esta sección: la nueva película “La primera profecía” cambia ese origen, de manera que Margaret, la novicia, se convierte en su madre biológica y con la particularidad que da a luz a mellizos: un niño y una niña.
La historia de origen del padre Brennan también ha cambiado. En la película original, “La profecía” lleva una marca de nacimiento de Satán, lo que sugiere que era probablemente otro miembro de los seguidores del anticristo y la conspiración. Es un hombre arrepentido que intenta desesperadamente alertar a Robert Thorn que su hijo es el anticristo y que debe asesinarlo.
“La primera profecía” cambia este rol protagónico, haciendo del padre Brennan un hombre obsesionado por descubrir la verdad, que ha sido excomulgado y es perseguido por este sector ultraconservador de la Iglesia, que tiene en su seno a cardenales, obispos y sacerdotes.
En el epílogo de “La primera profecía”, un sacerdote con un parecido sorprendente al padre Spiletto de la película original, se aleja en un automóvil mientras deja atrás la basílica de San Pedro. Sostiene un expediente que contiene una fotografía de Robert Thorn, y aquellos que vimos la cinta original reconocemos a Gregory Peck en el papel del padre del hijo de Lucifer. Con esto, queda claro que la Iglesia Católica ha elegido a esta familia para que se conviertan en los ricos padres del anticristo, otorgándole poder, riqueza y estatus. Lo acompaña en el vehículo, la hermana Luz, compañera de noviciado de Margaret, a quien el sacerdote le revela que esta pareja perderá a su bebé, y Damien heredará todos sus privilegios.
Es por estas GRANDES diferencias que “La primera profecía” no puede ser la precuela de “La profecía” ya que su narrativa, desarrollo, historia y personajes, difiere ENORMEMENTE con la que dio inicio a la franquicia. Me atrevo a decir que ni siquiera puede ser un film canónico ya que, salvo por la mención del padre Brennan, de Robert Thorn, el padre Spiletto y Damien, eso no lo hace merecedora de ser una precuela, cómo bien dicen la mayoría, hasta la propia directora de este largometraje.
En resumen, me opongo a que se la denomine precuela. La cultura woke, respaldada por varios conspiradores, reescribe historias y destruye su narrativa para forjar una nueva, alterando el origen de un largometraje reconocido como una de las obras cumbres del terror: “La profecía” de 1976 de Richard Donner. Esta obra maestra seguirá asombrando a las generaciones futuras porque posee algo que "La primera profecía", pese a los intentos de modificar su historia, no tiene. Lamentablemente, el film dirigido por Arkasha Stevenson carece de una narrativa auténtica y centraliza la importancia de los papeles femeninos sobre el mismísimo anticristo.
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