¿De qué trata?El cineasta de 'Selena Gomez: Mi mente y yo', Alek Keshishian, fue el autor de uno de los mejores documentales pop de todos los tiempos, 'Madonna: truth or dare', en el que nos ofrecía una mirada sin tapujos a la artista del título durante su gira Blonde Ambition, mostrándonos las vulnerabilidades e inseguridades de la estrella. Ahora, casi tres décadas después, Keshishian vuelve a poner el foco en los problemas que sufre otra artista polifacética en 'Selena Gomez: Mi mente y yo', en la que narra sus seis años de lucha contra la enfermedad mental al tiempo que ofrece un rayo de esperanza a todos aquellos que se encuentran en su misma situación.
Si bien la película cae en casi todos los clichés que uno puede imaginar, resulta muy eficaza la hora de crear de un retrato honesto y convincente de la artista.
Desde la escena inicial, que muestra la rutina diaria de Selena para prepararse, incluyendo su lucha contra el agotamiento y recordar tomar su medicación, está claro que nos encontramos ante un documental muy personal y abierto. En lugar de ocultar las luchas e inseguridades de Gomez, la película las usa como núcleo argumental. Desde que Gomez sigue sintiendo los efectos tanto físicos como mentales de su lucha contra el lupus hasta su diagnóstico de trastorno bipolar, la película nos muestra cómo alguien puede crecer y superando la adversidad, soportando en el día a día las cicatrices que aún quedan.
La película también indaga en la crisis de identidad dentro de su carrera. Tras el trauma por sus días de trabajo en Disney y por tener que esconderse, Gomez anhela ahora marcar la diferencia. Gomez se ve obligada a pasar experiencias tan dispares como visitar a jóvenes estudiantes en Kenia y jugar a los emoji en entrevistas en Londres. Aquí el documental aprovecha para reflexionar en la extraña división de la sociedad y sobre cómo se valora a los famosos.
Sin embargo la película también usa todos los clichés del libro de documentales de músicos: esas sin escenas de Gómez visitando su antiguo instituto o su antigua casa no resulten más impactantes que las de otras docenas de proyectos similares. Hay algunos conceptos innovadores, como el uso de varias citas de diarios, pero apenas se usan como una pieza clave de su identidad. También resulta extraño que un proyecto que se desarrolla enteramente en 2019 antes de la pandemia de COVID-19 haya tenido que esperar para su estreno hasta 2022, algo que hace que el retrato de Gómez se nos antoje algo distante a la situación actual de la artista. El impacto que hubiera producido esta obra habría sido mucho mayor si se hubiera estrenado en 2020 o incluso en 2021.
PersonajesDirección
Los documentales sobre estrellas del pop son casi siempre más interesantes por lo que omiten que por lo que incluyen, pero aquí Alek Keshishian toma una serie de decisiones intrigantes, empezando por su decisión de circunscribirse prácticamente en exclusiva al año 2019.
Keshishian nos muestra las inquietudes, los planes y la ansiedad entre bastidores, así como los momentos de lo que significa ser Selena Gomez, con un montaje frenético en ocasiones que evoca lo abrumador que puede resultar el vivir con este nivel de celebridad. ¿Merece la pena verla?Pese a sus defectos, 'Selena Gomez: mi mente y yo' resulta personal y auténtica, captando de forma creíble los problemas a los que se enfrenta Gomez entre bastidores. La película toca otros temas importantes y, aunque está claro que habría podido ser más profunda, sigue siendo en general satisfactoria. Especialmente para los fans de la artista, merece absolutamente la pena. Lo mejorTiene momentos conmovedores y efectivos. Esos momentos en que se revelan algunos secretos oscuros contribuyen a hacer que el espectador conecte emocionalmente con la estrella. Lo peorLa película acaba cayendo en los clichés habituales de todos los documentales sobre músicos. Nota
8/10
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