Acto I. Maruxa, una joven y bella pastora, está peinando a su oveja Linda cuando aparece Pablo, el pastor. Ambos cantan, bailan y se confiesan su amor. La escena es interrumpida por la llegada de Rufo, el viejo capataz, que está de muy mal humor porque, a su edad, le han encargado que vigile y proteja los amores de Rosa y Antonio que son primos. Este encargo le resulta impertinente. Rosa y Antonio sostienen una acalorada discusión. El muchacho acusa a la joven de no hacerle caso y, en consecuencia, se verá obligado a buscar el amor de otra mujer. La presencia de Rufo provoca que Antonio abandone la escena para ir en busca de Maruxa, a la que intentará conquistar para dar celos a Rosa. Rufo y Rosa han quedado solos. La mujer aprovecha para ordenar al capataz que busque a Pablo porque le ama. Rufo le recuerda su compromiso con Antonio y se niega a realizar el encargo pese a que Rosa le hace ver quién es el ama. Llega, ahora, Pablo, cantando. Rosa le invita a sentarse junto a ella y le dice que su nombre será Maruxa. Pablo, encantado al oír el nombre de la pastora, se deja transportar como en un sueño y sostiene con Rosa -a la que él cree Maruxa- una apasionada escena de amor. Rufo sorprende a la pareja y mientras Pablo huye, Rosa maldice al capataz. Maruxa ha perdido su oveja y, en la búsqueda, la acompañan Antonio y Rosa. Esta última dice a Maruxa que necesita una doncella y la toma a su servicio.
Acto II. En la casa de Rosa, Rufo entrega una carta de Pablo a Maruxa. Como la pastora no sabe leer, Rosa y Antonio discuten sobre quién ha de hacerlo. Al final es el joven quien lo hace. En la carta Pablo se lamenta de la ausencia de Maruxa. Hay que contestar la misiva y Rosa se ofrece a escribirla, pero lo hace con un tono tan apasionado que Maruxa se sorprende. En la carta, Rosa ruega a Pablo que vaya a verla. Maruxa no acaba de entender la intención de su ama y la ruega que deje de escribir. Rosa advierte que se ha delatado y trata de romper la carta, pero Maruxa insiste porque desea ver a su pastor. Llegada la noche, Pablo espera a Maruxa mientras Rufo está decidido a que los primos no se salgan con la suya y a proteger los amores de los pastores. Consigue que Maruxa y Pablo se reúnan y marchen hacia los prados. Mientras, Antonio se ha disfrazado de pastor y acude a la cita. Rosa, disfrazada también de pastora y que está esperando la señal, se presenta también. Como es de noche, ambos se abrazan sin saber realmente quién es el otro. Las voces de Maruxa y Pablo, a lo lejos, les devuelven a la realidad.
Rodada en las cercanías de Vigo,
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