Es viernes y un simple e-mail llega a través de la red. La frase que circula a través de la web por toda San Francisco es: la fiesta va a empezar. Ese mismo sábado por la noche doscientas personas se reunirán en secreto en un almacén abandonado para celebrar Groove, una fiesta impregnada con música electrónica, de la que dos hermanos, David y Colin Turner, no querrán que tenga fin. |