Invierno de 1977. Club "La Noche": la veterana folclórica Silvia Conde, de innegable poderío sexual, hace vibrar las paredes con su estruendosa voz, apoyada en un conjunto eléctrico, mitad gitano, mitad ye ye. Delante del escenario, iluminado por luces de colores, un camarero sirve copas sin parar, algunas parejas aprovechan las sombras para intimar, otros jalean a la cantante sin todo el respeto que merece su arte. Entre el público, Federico Solá (prestigioso hombre de teatro y antifranquista destacado) mira con distancia el espectáculo que se desarrolla en el escenario y en el resto del club. Junto a él, Manolo, compañero del grupo de teatro, atiende encantado al show. Manolo ha sido quien ha llevado a Federico a ver el espectáculo, la idea es transmitirle a Federico que para poder llevar a cabo la película que quiere dirigir: "Encerrados en la mina", un duro drama social sobre los trabajadores del sector minero, necesita una estrella que le ayude a poner en pie el proyecto y esta podría ser Silvia Conde. |