Durante el reinado de Carlos I, Jeromín era el capitán de un puñado de muchachos que juega a la guerra de moros contra cristianos en un pueblecito cercano a la corte llamado Leganés. Un día, una noble comitiva viene en su busca y se lo lleva a un castillo señorial donde recibirá cumplida educación. Cuando el Emperador Carlos, cansado de la guerra, regresa a España para retirarse al Monasterio de Yuste, Jeromín es conducido a su presencia y vive con él las últimas horas de su vida. Sólo entonces sabrá Jeromín que por sus venas corre sangre imperial. |