¿Qué sucedió en el programa de ayer? ¿Hubo algún flechazo inesperado? ¿O tal vez alguna cita no funcionó como esperaban? ¡Sigue leyendo para conocer todos los detalles!"
Sandra y David
Sandra es una rubia monísima, que no sabe si llama o no la atención porque ella cuando sale va a su pedo y a pasárselo bien. No ha tenido muchas relaciones porque es una chica muy exigente. David, su cita, se ha presentado como un chico que aparenta ser chulo y prepotente, pero que en realidad es un trocito de pan que solo descubren los que no se quedan en su apariencia.

Mientras cenaban, Sandra le ha contado a su cita que es enfermera experta en quirófanos y urgencias, y que le encantaba ayudar a las personas. Al verla comer carne, el soltero ha querido saber si comía de todo porque él es “anti vegetarianos”. Sandra le ha dicho que comía de todo y se ha quedado blanca al descubrir que David era un apasionado de la “carne de caballo y de potro”. Ella no podía imaginar que nadie se comiera la carne de un animal como el caballo, pero él le ha contado que se estaba perdiendo un manjar y que a él se lo habían inculcado desde pequeñito. Sandra estaba tan impresionada, que su cita ha tenido un antes y un después de la carne de caballo.

David ha adivinado que Sandra tenía 28 años y ella ha sentido que le gustaban mayores, pero que los 35 de su cita igual eran demasiados. Él le ha contado que tiene una hija y que es divorciado, algo que para ella le ha hecho más mayor todavía.Saber que David fumaba ha sido otro punto en su contra y más al decirle que no tomaba casi azúcar porque para él era como una droga “Y el tabaco, ¿no?”, le ha respondido ella. Entre ellos no ha surgido la chispa, pero él estaba convencido de que iban a repetir porque Sandra no paraba de reír con sus peculiaridades.

En la decisión final, él le ha dicho que era la chica responsable que estaba buscando en su vida, pero ella le ha explicado que, aunque era un chico estupendo había cosas como el tabaco que les separaban.
Israel y Megan
Israel se ha presentado en ‘First Dates’ como un chico sencillo. Busca a una chica responsable, que sea buena persona y a la que le guste cuidarse. Además, tiene claro que necesita que sea una mujer que siga siendo una niña y que no deje de reírse a su lado. Megan, su cita, tiene tan solo 19 años y tiene claro que los chicos de su edad solo quieren salir de fiesta y no quiere que le pongan los cuernos. Al ver a Israel se ha derretido por completo porque era lo que ella estaba buscando.

Nada más sentarse a la mesa, Megan le ha advertido a su cita que ella no solía tener vergüenza, pero que estaba bastante nerviosa. Israel le ha confesado que él también estaba nervioso y eso significaba que le gustaba. Megan es hija única: "Mi padre murió tres días antes de que yo naciera"
El soltero ha querido saber si Megan tenía hermanos y ella le ha contado que no, que era hija única y que su padre murió tres días antes de que ella naciera en un accidente de tráfico. La joven no sabe si uno se puede enamorar tan rápido, pero Israel le estaba gustando mucho.

Megan le ha contado a Israel que había tenido dos parejas serias, pero que la primera se terminó porque eran muy jóvenes y la segunda porque le engañó. El soltero se ha sincerado con ella y le ha dicho que su relación más larga también se terminó porque se fueron a vivir juntos y le engañó con su mejor amigo. Israel la perdonó porque hay que aprender a ser feliz con lo que cada uno tiene, pero que al tiempo fue ella la que le dejó porque seguía con su colega.

Eso sí, todo no puede ser tan perfecto y en el momento de la decisión final ha surgido el problema. “Me vas a matar, pero… ¿Cuál era tu nombre?”, ha preguntado una joven con mucho miedito al enfado de su cita. Sin embargo, Israel le ha respondido con un “yo tampoco me acuerdo del tuyo”. Cupido ha dado en la diana y Megan e Israel han salido de ‘First Dates’ de la mano, pero no todo puede ser cien por cien perfecto.
Vanesa y Abel
Vanesa busca amor y cariñitos, pero tiene claro que ella no quiere a un pobre a su lado y mucho menos a un hombre tacaño. Para ella el dinero no es fundamental, pero sí muy importante y le ha explicado a su cita en ‘First Dates’ que las mujeres colombianas no son interesadas y que más bien se trata de un tema cultural. Abel, su cita, ha tenido clarísimo que no era su príncipe. Ha sentido que tenía pinta de colombiano e incluso, podría haber pasado que fuera “feito”, pero la ropa no le ha gustado nada.

Antes de comenzar a cenar, Vanesa le ha contado a Abel que había sufrido un accidente y que andaba con dificultad, pero que los médicos le habían dicho que con mucha trabajo iba a quedar estupendamente. Abel no le gustaba nada, pero le ha notado muy emocionado y no ha querido quitarle la ilusión, por lo que ha comenzado a interesarse por su vida. Abel le ha contado que era encargado en un gastropub y que en las mujeres se fijaba desde los ojos y luego iba bajando hacía abajo. Ella le ha contado que tenía varias operaciones de cirugía estética, que llevaba los labios siempre pintados y que su cabello original era negro. Abel estaba encantado con ella, pero Vanesa solo podía pensar que no le gustaba ni su ropa ni sus dientes “estoy segura de que tiene un puente, parece que lleva una caja de dientes”.

Abel no sacaba ningún tema de conversación y Vanesa ha intentado por todos los medios que en su cita no reinara el silencio, pero él no sabía ni si había estado con alguna mujer latina. Al final, le ha dicho que sí le gustaban las latinas y ella le ha empujado a piropearle y asegurar que eran más salvajes en el tema sexual. Ella sabe que las latinas tienen fama de interesadas y de quererlo todo gratis, pero le ha confesado que las mujeres colombianas no son interesadas, pero que por cultura están acostumbradas a que el hombre lo pague todo mientras se están conociendo. Es más, le ha contado que ella siempre pregunta si va a tener que pagar la mitad de la cena para ir o no ir.

Ella tenía claro que Abel no era su hombre, pero no le ha sentado nada, pero que nada bien que el encargado le dijera que no quería tener más citas con ella.
Arnau y Emilio
Arnau es un tipo muy cariñoso, muy de tocar y busca a un chico que sobre todo sea buena persona. No soporta a las personas que van cambiando de un estado a otro en todo momento. En el amor se define como “inexperto”, sus relaciones surgieron en un momento en el que él no estaba bien psicológicamente y prefirió dejarlas pasar. Emilio, su cita, es un chico que está atravesando un momento maravilloso de su vida y que lo quiere compartir con alguien.

Ya sentados en la mesa, Arnau le ha confesado a Emilio que estaba un poco nervioso y ha comenzado a lanzarle piropos, algo que, en lugar de agradar al catalán, le ha echado un poco para atrás. La cosa iba demasiado rápido. Arnau le ha sacado el tema de la mitología griega que es algo que le apasiona y la cita ha comenzado a fluir, pero solo un ratito. El soltero ha cogido la mano de Emilio para mirarle los tattoos más de cerca y eso tampoco le ha gustado mucho, pero hablando de tatuajes han encontrado una coincidencia increíble entre ellos.

Arnau le ha contado que llevaba tatuado el mito de Eros y Psique y ha descubierto que Emilio también lo tenía dibujado sobre su piel. Respecto a las relaciones, Arnau le ha contado que había tenido muy pocas y que él las denominaba “laboratorios”. De hecho, su amiga le dice que nunca había sentido celos porque no se había enamorado de verdad. Algo que a Emilio no le ha gustado porque no quiere que a él se le cierren las posibilidades. Él ha tenido relaciones cortas porque ha cambiado muchas veces de residencia y siempre eran amores con fecha de caducidad.

En el momento de la decisión final, Emilio ha dicho que sí a una segunda cita y Arnau también lo ha tenido claro, su cita era el hombre “elocuente, inteligente, guapo y elegante” que venía buscando.