¿Qué sucedió en el último programa emitido? ¿Hubo algún flechazo inesperado? ¿O tal vez alguna cita no funcionó como esperaban? ¡Sigue leyendo para conocer todos los detalles!"
Cristina y Enrique
Cristina se ha presentado como una chica “conocida” en su barrio y a la que la gente le mira mal quizás por envidia. Está buscando a un chico alto que tenga “su toquecillo” y asegura que sus tres pasiones con “el sexo, la comida y las motos”. Enrique, su cita, es un chico que está abierto a lo que surja, le viene bien algo esporádico o algo serio. Al verle, Cristina se ha puesto muy nerviosa porque le ha visto un chico muy atractivo. Él le ha contado que es de Utrera (Sevilla), pero que es militar y que trabaja en Badajoz.

Han comenzado diciéndose cómo se veían y ella ha querido saber cuánto tiempo pasaba en Badajoz. Enrique le ha dicho que su proyecto es estudiar para ser Guardia Civil y que todos los findes baja a Utrera. Ella la ha confesado que le daba mucha vergüenza ponerse a trabajar y que ha estado un tiempito sin hacer nada, algo de lo que se arrepiente. Los dos se han dicho que se gustaban y al saber que a ella le gustaba su barba, Enrique le ha enseñado el brazo para que viera que se depilaba, algo que a ella ni fu ni fa “yo no sé si tendrá los huevos depilados, a mí eso me da igual, a mí me preocupa mi higiene”.

Enrique ha querido saber si Cristina les había contado a sus amigas que iba a venir al programa y ella le ha dicho que sí, y que el día anterior se lo había contado a su madre. A Cristina le da igual lo que piense la gente e incluso, nos ha contado que en su barrio el ha puesto “fama de guarra”, pero a ella le da igual lo que diga la gente porque ella es libre y hace lo que quiere. Además, le ha contado a Enrique que está acostumbrada a que hablen de ella y que es una persona distinta cuanto está soltera que cuando está en pareja “en pareja soy tonta”.

Con el permiso de su madre le ha dado un piquito inocente y le ha dicho que podían continuar la cita en un hotel. Enrique le ha dicho que en un hotel no lo veía, pero ella le ha dicho que no pasaba nada que así tenían “intimida y eso”. Él ha aceptado y han salido directos de ‘First Dates’ a conocerse un poquito mejor.
Pedro y Natalia
Pedro es un hombre que ha vivido en muchos países por amor y por trabajo, según le ha explicado a Elsa Anka, es un “falso tranquilo” porque aparenta ser un hombre calmado, pero solo lo es en apariencia. Natalia, su cita, considera el amor como un sentimiento muy puro y de entrega total. Al verla, Pedro ha sentido que era una mujer muy guapa que no dejaba a nadie indiferente.

Pedro se ha definido cómo un tipo entregado y muy romántico, algo que Natalia ha valorado de forma muy positiva porque a ella tampoco le gustan los conflictos. La cita estaba funcionando muy bien hasta que se han puesto a hablar de sexo. Natalia es muy tradicional, jamás haría un trío y no le ha gustado saber que Pedro había hecho dos con una de sus parejas.

Tampoco le ha parecido agradar saber que la fantasía sexual de su cita era tener sexo en una terapia de pareja delante de al terapeuta porque eso le decía que había tenido problemas sexuales en sus anteriores relaciones. Respecto al lugar en el que le gustaría tener sexo, Pedro le ha dicho que en una playa nudista y ella le ha matizado que lo importante es con quién y no el dónde.

En el momento de la decisión final, él se ha mostrado dispuesto a superar el obstáculo de la distancia y seguir conociéndola, pero ella ha tenido claro que como pareja no iban a llegar a ningún sitio.
Loli y José
Loli asegura que está muy mona por fuera, pero que por dentro está hecha una ruina y que le han operado de un montón de cosas. Se define como una mujer muy gobernanta y mandona. José, su cita, se ha presentado como un hombre cómo los de antes, al que le apasiona bailar. Loli al verle, le ha tirado una foto, pero no porque se haya sentido impresionada.

Ella sabe que no es una miss mundo, pero su cita no el ha entrado por el ojo ni al saber que también era asturiano como ella. El soltero estaba encantado con Loli y ha querido saber si le gustaba bailar, ella le ha dicho que sí, pero ha tenido la sensación de que no bailaban lo mismo. Él no ha practicado mucha quizomba y es más de pasodobles, algo que ella ha visto de “fiestas de prao”.

Loli no estaba sintiendo nada especial por José, pero ha querido saber qué le gustaba hacer. Él le ha dicho que le encantaba el camping y que tenía un carro tienda porque ya no le gustaba ir siempre al mismo sitio. Ella no le ha entendido muy bien, pero sí le ha explicado que ella es más de hotel y de ciudad, eso del campo y las vacas, no le convencen.

José estaba feliz de haber conocido a Loli y estaba dispuesto a ir a Oviedo en bici si hacía falta, pero ella eso de saber que él vivía en la montaña como Heidi, no le ha gustado nada. Ella le ha explicado que la cena era agradable, pero que no había sentido que tuvieran cosas en común como para repetir el encuentro, ella es de ciudad y él más de pueblos.
Ainhoa y Jordan
Jordan en el amor no ha tenido demasiadas experiencias, pero se considera un tipo atento y está buscando a una mujer más bajita que él y de belleza gitana. Tiene el defecto de que le pierden los culos “un señor culo”. Ainhoa, su cita, asegura que no concibe su cita sin su perrita Barbie. Al ver a Jordan ha sentido que era un chico guapo. Él ha querido saber de dónde era la joven y al escuchar Salamanca le ha soltado sin ruborizarse un “no sé ni dónde queda, imagínate”.

Al joven le han entrado los calores y ella le ha dicho que también estaba nerviosa. Jordan le ha confesado a su cita que una de sus grandes pasiones era probar nuevos restaurantes y que había probado insectos, carne de reno y de caimán. A ella no le ha parecido algo que pudieran compartir porque es muy de animales y le ha contado que tiene una perrita que ella define como una “pit bull bonsái”.

Para Ainhoa es muy importante que a su pareja le gusten los animales y Jordan ha sido claro, muy claro “no me gustan los animales ni las personas”. Los solteros han estado toda la cita alejándose y acercándose, Jordan le ha dicho que era muy cambiante y que desde que dejó su última relación le había dado al Tinder y a las habitaciones. Ella le ha dicho que no le gustaba el término inestable y que iba muy poquito a poquito en todos los aspectos de su vida, le gustaba primera ver que algo merecía la pena.

En el momento de la decisión final, Ainhoa le ha pedido que le volviera a explicar el término inestable y al saber que él hoy era blanco y mañana negro, le ha dicho que no quería tener una segunda cita en plan parejas, como amigos sí podían seguirse conociendo porque se lo habían pasado muy bien. Él ha pensado lo mismo.