Aunque podemos intuir qué hace que una toma sea aterradora, comprender por qué nos da miedo es algo que a menudo no tenemos tan claro. Hoy vamos a revelarte un puñado de técnicas comúnmente utilizadas en películas de terror para conseguir que las escenas más terroríficas se te graben en la retina para siempre.
La Oscuridad
Las sombras juegan con nuestro miedo primario a lo desconocido. Cualquier cosa que se encuentre más allá del alcance de la luz puede conjurar un miedo infantil que nunca superaremos.
Usar sombras se trata de no mostrar el peligro. Lo que sea que esté oculto en la oscuridad es más aterrador de lo que es, y los cineastas lo saben y juegan con la idea de lo que permanece fuera de la vista.
Ángulos de cámara poco comunes
El género de terror es como un patio de recreo para los cineastas. Si bien existen formas técnicas estándar de abordar la escena, existe la libertad de jugar e intentar hacer algo diferente. Una forma de explorar el género es jugar con ángulos de cámara poco comunes.
Como por ejemplo, El ángulo holandés, o ángulo oblicuo, es un ángulo de horror que inclina una imagen hacia un lado del horizonte. Es un ángulo de cámara que puede dar una sensación surrealista o de pesadilla a una escena en la que algo ya se siente diferente de las tomas estructuradas anteriores y posteriores.
Cambios en la iluminación
Con ciertos géneros, a menudo hay estilos visuales estereotipados que los acompañan. A menudo, veremos una iluminación que pretende hacer que los actores se vean lo mejor posible. Pero el horror a menudo cambia las convenciones de iluminación en favor de una luz más estilizada y menos favorecedora.
Una de las técnicas más comunes es la iluminación desde abajo. Es esa mirada clásica de historia de miedo con una linterna que atrae los ojos hacia la cara aterradora. El ángulo de la luz distorsiona el rostro de una forma a la que no estamos acostumbrados. Es un cambio radical en la iluminación que no es natural y nos incomoda inconscientemente.
Los colores
Algunas películas de terror utilizan por defecto una paleta de colores sombría, casi incolora. Si bien esto funciona para las películas que quieren basarse en la realidad, a veces las películas de terror quieren que la audiencia suspenda su incredulidad por un momento y lo logran jugando con el color. Y es por ello que el horror puede volverse muy surrealista y oscuro sin llegar a distraer a la audiencia.
Si bien al terror le encanta jugar con todos los colores del arcoíris, tiende a inclinarse hacia su color favorito: el rojo. El rojo da tanto una sensación de peligro como de violencia.
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U.S.A.
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