El último episodio de la serie médica "The Good Doctor", titulado "Goodbye", presentó un dilema moral devastador para el Dr. Shaun Murphy. Claire (Antonia Thomas), quien regresó recientemente, se encontraba entre la vida y la muerte, mientras que Glassman (Richard Schiff) reveló que el cáncer había regresado y que le quedaban pocos meses de vida, rechazando la ayuda de Shaun.

«Creo que hay una simetría adorable en Shaun queriendo salvar a Glassman y siendo incapaz de pillar el hecho de que Glassman no quiere ser salvado.» Explica Friedman en Deadline: «Que Shaun acepte eso, pensé que era un gran paso para él.»
La relación paternofilial entre Glassman y Shaun, considerada el alma de 'The Good Doctor'. Durante la preparación del capítulo final, los creadores y Freddie Highmore revisaron tanto el episodio piloto como el final de la temporada uno para medir el progreso de Shaun a lo largo de los siete años de la serie.

«Está haciendo un último gesto por Shaun. Shaun no puede renunciar a ser un doctor. Shaun merece ser un doctor. Queríamos que Shaun estuviese preparado para sacrificarse a sí mismo y queríamos a Glassman reconocerlo, "no, tengo que sacrificarme por Shaun"»
Sin embargo, aunque habían decidido desde el principio que Glassman sería quien diera un paso adelante, inicialmente no estaban seguros de que Shaun debiera tomar la decisión de aplicar el tratamiento. No obstante, después de pensarlo detenidamente, se dieron cuenta de que debía ser así para mostrar la verdadera evolución del protagonista.
El episodio no concluye con esa escena, sino que nos lleva diez años en el futuro, donde presenciamos una charla TED impartida por el Dr. Shaun Murphy, quien ahora es el jefe de cirugía y dirige la fundación Dr. Aaron Glassman para la neurodiversidad en medicina junto a Claire. Esta escena surgió de una conversación entre Friedman y Highmore y, de alguna manera, funcionaba como un guiño al piloto una vez más.
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