Los vecinos de Trujillo, un tranquilo pueblo en la provincia de Cáceres, se encuentran en una situación de tensión y descontento. Hace algunos meses, la noticia de que el famoso actor norteamericano Leonardo DiCaprio había elegido su localidad para la instalación de una fábrica de diamantes artificiales fue recibida con entusiasmo. La promesa de inversión de 700 millones de euros y la creación de alrededor de 1,000 puestos de trabajo, 300 de ellos directos y 700 indirectos, parecían augurar tiempos mejores para Trujillo.
Sin embargo, lo que inicialmente parecía una bendición económica pronto se tornó en una fuente de preocupación para los habitantes del pueblo. El problema radica en la decisión de construir 22 torres eléctricas a tan solo 900 metros de una histórica muralla árabe del siglo X. La indignación de los vecinos se hizo evidente en el programa 'Fiesta', donde expresaron su descontento y preocupación por el impacto que esta construcción tendría en el paisaje y el entorno ecológico de la zona.
Algunos de los habitantes se manifestaron enérgicamente, dejando claro que su rechazo no estaba dirigido hacia Leonardo DiCaprio en persona, sino hacia la colocación de las torres. Uno de ellos enfatizó: "Estamos expresando nuestra repulsa a la instalación de las torretas eléctricas para una fábrica que nunca causó ningún problema y ante la que tenemos esperanzas de trabajo, pero lo que queremos es que las cosas se hagan bien". Otro vecino agregó: "Es una aberración, es un atentado brutal poner unas torres a 200 metros de la muralla de Trujillo en este espacio que es protegido ecológica y paisajísticamente". |
U.S.A.
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