Hanni, la dependienta, proviene de un entorno como Zille, del cual es liberada, por así decirlo, por Ferdinand, un anciano rico. La primera cita se convierte en una juerga de compras y, tras la ropa nueva, llega un nuevo hogar. Ya que escribimos el año 1913 y en aquella época el cine aún era casto, Max Mack nos guardó los detalles del Techtelmechtel. Para continuar con la historia, ambos aprenden el nuevo baile de moda: el tango, que la teniente Lulú ha probado en vano. Un concurso de tango convierte la comedia en una comedia de mezcla: gana, quién no lo hubiera pensado, Hanni como la reina del tango.
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