En Sentimental Value (El valor sentimental), del director Joachim Trier, varios hilos que de otro modo podrían parecer dispares se combinan a la perfección. La continuación de La peor persona del mundo -una gran película sobre el malestar de la generación del milenio- devuelve el protagonismo a la actriz Renate Reinsve en una obra radicalmente distinta, pero no por ello menos conmovedora e hilarante, sobre muchas cosas. |