Críticas de la prensa de CAPRICHOS DEL DESTINO

Tiene muchas cosas que valen la pena, pero no terminan de cuajar entre sí. Existen en la misma película, sin sumar en el resultado final

Una película absorbente que no recurre a la autocompasión mórbida, sino que atrapa al espectador gracias a las sutiles interpretaciones de sus dos protagonistas

Pólvora erótica mojada; reúne a tres grandes cineastas que no logran dar unidad a un guión pobre y disperso, escrito por otro dueño de renombre, pero que no supo dar a la novela ni un soplo de alma

Apoyado en Ford y Scott Thomas, Pollack ha conseguido construir un thriller pasable y una aceptable indagación en las bambalinas del poder en Washington, pero una mala historia de amor

Ford, luciendo uno de sus peores cortes de pelo y (por alguna extraña razón) un pendiente, se pasa la mitad de la película con pinta de querer llorar y de estrangular a algún peatón al mismo tiempo. 

Es tan sincera, honesta y su ritmo es tan adecuado como el de un funeral siciliano. 

Un dato curioso sobre la química entre intérpretes: no se puede manufacturar (...) Para mí, lo único interesante fue sentir el deseo de volver a ver a Ford interpretar a Indiana Jones. 

Todo es muy adulto, muy serio y legítimo (...) Pero también forzado, extraño y extrañamente distante para el espectador. 

El Ford más duro y lacónico resulta sorprendentemente efectivo a lo largo de la mayor parte de la película, y el argumento cumple bastante bien su objetivo. 

Sus dos protagonistas no son nada interesantes, y tampoco hay nada de convincente en su historia de amor