Tras recibir una oferta laboral en Machine, una perdida ciudad industrial en el Oeste de los EE.UU, William Blade decide abandonar su trabajo como contable en Cleveland y aceptarla. Sin embargo, al llegar comprueba que el dueño de la fábrica, John Dickinson, ya ha contratado para su puesto a otra persona y en un enfrentamiento con su hijo acaba matándole. William Blade se convierte así en un "fuera de la ley" que será perseguido por tres cazadores de recompensas.
Resulta éste un extraño western, alejado del que acostumbra a mostrarnos el cine de Hollywood. Un sorprendente Johnny Deep da vida a un contable de Cleveland que se convierte en fugitivo y es perseguido por varios cazarrecompensas. La película tiene sin duda un poderoso arranque pero lamentablemente va perdiendo fuelle a medida que avanza la persecución del personaje protagonista, algo redimido en parte por un bello final cargado de lirismo y una original banda sonora con la guitarra de Neil Young. Un ejercicio algo vacuo de este peculiar director con etiqueta de alternativo, que puede resultarte aburrido si no te encuentras entre sus fans.