Críticas de la prensa de EL ARTISTA ANÓNIMO

Más allá de que tiene algo conservador, algo de “todo tiempo pasado fue mejor”, hay también una puesta en valor de ciertas tradiciones que resulta interesante.

Una obra disfrutable, sencilla y sorprendente.

Emerge como un homenaje a los artistas olvidados o desdeñados en un nuevo mundo de tecnologías ilimitadas y máscaras autoimpuestas.

Es una película encantadora y tierna que sabe bien a qué público se dirige, y que gracias a su humor socarrón evita caer en la trampa del exceso de sentimentalismo 

Aunque no ofrece nada nuevo es una película muy agradable. Su interesante representación de Helsinki (...) y el uso de las melodías clásicas de Vilvaldi, Rachmaninov, Handel y Mozart le dan a la cinta un toque elegante 

Director y guionista ejecutan la historia con suficiente control (...) logrando generar emotividad de lo que en el fondo sigue un trayecto predecible. 

Un drama de buenos sentimientos (...) una agradable película sobre el encuentro con el tesoro artístico que, pese a su contemporaneidad, a su nulo sentido de la aventura (...) tiene mucho de clásica historia de piratas 

La narración se mantiene a flote en tanto y en cuanto es seca, fría y distante como su protagonista. Y se pincha cuando Härö (...) traiciona el carácter de Olavi para ceder a la tentación de arrancar lágrimas de los ojos del público. 

Härö entrega una inteligente reflexión sobre la industrialización del arte y los cambios generacionales en la era digital, que distancian los vínculos humanos, pero también la herencia del conocimiento. 

Una fábula bien contada sobre apuestas desafortunadas y formas inesperadas de redención a través del arte. 

Ejerce un estilo intimista, sutil y ponderado, observador y minucioso al contemplar los ensimismados movimientos en soledad o al posarse sobre las torpes tentativas de interacción-sinceración entre los personajes. 

Un film cuyo realismo le asemeja a un documental, y su dominio de los tiempos dramáticos trasmite fielmente angustias producidas por masacres que no necesitan del diálogo. 

Un argumento mínimo, sensibilidad en el desarrollo de un problema que une el trabajo y los sentimientos, todo se da en una película finlandesa con actores de nombre difícil (...) y que permite pensar un poco. 

La mano experta hace que todo esto derive en una buena moraleja sin caer en recursos trillados ni perder el tono en ningún momento.