Ver este homenaje fue como sentarse a escuchar a Joan por última vez, pero con un coro de voces nuevas que entienden su filo y su legado. Desde los monólogos hasta los segmentos musicales, todo destila respeto, humor y mucha autenticidad. Me reí, me emocioné, y hasta sentí que el espíritu de Joan estaba ahí, con su risa aguda. Plaza como anfitriona le da el toque justo de ironía. Es un especial que no solo recuerda a Joan, sino que la revive por un rato. |