Justin vive en un reino que ha desterrado a los caballeros y está ahora gobernado por burócratas. Su sueño es llegar también a ser caballero, pero su padre, Reginald, alto consejero de la corte, pretende que su hijo siga sus pasos y se convierta en abogado. Asaltado por las dudas, Justin visita a su abuela Gran, que le contará la verdadera historia de su abuelo: Sir Roland fue el caballero más noble del reino, y lo defendió con su vida hasta que fue asesinado por el malvado Sir Heraclio.
Un saludable y jovial espectáculo técnico inmaculado que disfrutarán más los niños que los adultos. (...) le hubiera venido bien un par de revisiones de guión extra.
Técnicamente es un trabajo impecable, de escenario, luces y voces con los que arropar a los personajes, pero la historia se queda corta, muy corta, y su simpleza y falta de originalidad la deja en terreno llano, sin un mínimo de vuelo. Un adolescente que sueña con ser caballero en vez de abogado. Eso es todo y, alrededor, blancos y negros, buenos muy buenos y malos muy malos, tontos muy bobos y un ramillete demasiado amplio de personajes estereotipados.
Una producción mirando mucho, en exceso, a la estatura de los niños y muy poco, casi nada, a la mente más adulta, algo que ha sido esencial para el éxito de esta clase de producciones. Los valores que desprende la película tampoco son novedosos: valor, amistad, amor y fantasía para una cinta que salva su honor con un derroche de simpatía sin par. A Tadeo y sus excavaciones le bastó con eso, pero no es seguro que Justin (ya el nombre, que recuerda a individuos como Bieber o Timberlake, se las trae) vaya a correr la misma suerte.
Premios
Goya 2014: 1 nominación - Mejor Película de Animación