Críticas de la prensa de MI SEMANA CON MARILYN

Interpretando con brillantez a la bomba sexual maldita de los 50, Michelle Williams se mete en la piel de este icono problemático, pero vulnerable, de una manera en la que nadie más lo ha hecho

A ratos hilarante y otros conmovedora, es dulce y ligera, más una bonita postal que una minuciosa biografía. Presumo nominaciones a premios para Williams y Branagh.

Un drama ligero con grandes actuaciones y una gran intrahistoria cinematográfica

Michelle Williams es casi la única atracción que ofrece este film correcto y menor con una caracterización de Marilyn Monroe que va más allá de la mera imitación gestual.

El director debutante Simon Curtis ha realizado una película menor sobre una película menor, a pesar de los talentos mayores implicados 

Michelle haciendo de Marilyn es algo digno de verse, pero no hay nada más aquí que iguale a su encanto o inspiración 

Curtis dirige su producto con cierto gusto y buena capacidad para el mantenimiento del ritmo (...) Williams no da el pego ni en físico ni en rostro ni, por supuesto, en aura, no llega a pesar de la técnica 

Lo extraordinario de la película es la precisión con la que llega hasta el alma brumosa y desventurada de la gran estrella (...) una interpretación [de Williams] que vale un Oscar, se lo den o no 

Filme exquisito, sobrio, contenido 

Williams consigue lo más difícil, que sin parecerse demasiado a una Marilyn que de todos modos nadie podría representar salvo ella misma resulte creíble para el espectador. 

La película, dirigida con solvencia televisiva, retrata las diferencias artísticas que surgieron entre Marilyn Monroe y Laurence Olivier cuando filmaron 'El príncipe y la corista'. 

La interpretación de Williams (...), que al igual de lo que pasaba con la propia Marilyn, cada vez que aparece en pantalla el resto de los actores (...) se convierten en objetos opacos. 

El problema con este meta-cine de alcances biográficos está en otra parte, en algo externo a sí mismo: la comparación está demasiado a la mano y casi siempre es demasiado superior.  

Es una película a la que le falta nervio, se deja ver. Y muy bien. Sobre todo porque evoca maravillosamente una época del cine mucho más artesanal e inocente —a pesar de Hollywood y su star system a todo vapor— que la era que le siguió. 

Williams hace su mejor intento, aunque no es del todo exitosa. A ratos se va por el abismo de lo caricaturezco que la película, dirigida por Simon Curtis, veterano de la televisión inglesa, no puede evitar. 

[Homenaje] A Marilyn con piadosa ternura y gran elenco.