La vi en el Festival de Tribeca el año pasado y disfruté de las risas estridentes y contagiosas del público. Es admirable cómo cada pareja que asiste a la fiesta de cumpleaños que es el centro de esta historia tiene sus propios arcos que son relatables y variados.
Todo ello mientras corren despavoridos, drogados por una comida infundida con THC. Me alegra ver una comedia de fumetas que no trata sobre jóvenes. Sólo por eso, es bastante original. |