En Rigoletto, la figura deformada del bufón jorobado de la corte de Mantua actúa como contraste para su cínico y poderoso amo, un mujeriego sin escrúpulos en contraste con su tonto cruel e implacable. Rigoletto alienta y acoge con satisfacción las conquistas del Duque, burlándose sin piedad de sus víctimas hasta que descubre que el Duque ha secuestrado a la única persona que realmente ama, su propia hija. Como resultado, el personaje del bufón de la corte se transforma en una figura trágica que, a pesar de su evidente inmoralidad y malicia, deja entrever la devoción que siente por su hija y su horror al ser destruido por el mismo mundo despótico que él. aquello que él mismo ha ayudado a crear.
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