Merecidamente nominada al Oscar de 2013, la película nos narra con un tempo sorprendentemente lento y detallista una pequeña historia, la búsqueda de un hermano al que los protagonistas no conocen, con el escenario de una guerra de carácter fundamentalmente religioso como telón de fondo. Una historia que nos habla del perdón, de la capacidad de comprensión del prójimo y del conocimiento de nuestras raíces. La parte menos convincente de la película resultan ser los flashbacks, algo repetitivos, y la verosimilitud de alguno de los hechos que se narran. Toda una tragedia griega; si la ves no te dejará indiferente. |