No es de extrañar que esta mágica y deliciosa película de animación se haya convertido en la más taquillera de la historia dentro de su género. Con ella Disney se pone a la altura de Pixar y Ghibli, factorías de grandes títulos animados. La parte musical está a la altura de los mejores títulos de la era dorada de Disney, tal es así que tiene todas las papeletas para convertirse en un musical de Broadway. La integración de las canciones con la historia está muy conseguida, sirviendo para definir a los personajes y avanzar en la trama. La animación resulta prodigiosa -atención al plano secuencia que sirve de transición entre la infancia y la mayoría de edad de las protagonistas- y aún tratándose de un cuento de Hans Christian Andersen han sabido adaptarlo perfectamente a la ideosincrasia actual, con momentos desternillantes y emocionantes. Obra maestra del género de animación. |