La estupenda interpretación del gran Benedict Cumberbatch no resulta suficiente para decir que esta es una gran película. Y parte de la culpa recae en la excesiva suavidad en la aproximación a los aspectos más polémicos del personaje de Alan Turing (se pasa de puntillas sobre el tema de su homosexualidad). Tampoco puede olvidarse una puesta en escena bastante plana a pesar del esfuerzo que hace el director por dar algo de interés al personaje de Keira Knightley, que ayuda a humanizar al protagonista del filme. Los personajes interpretados por dos pesos pesados de la interpretación como son Charles Dance y Mark Strong resultan completamente desaprovechados. No es una mala película pero sí excesivamente superficial para lo que podría dar de sí en manos de otro director de más empaque. |