Obviando al sector cinéfilo progre, al que esta película ingenua e inocente a buen seguro disgustará, nos encontramos ante un relato que sorprendentemente supera al original animado de Disney. Un relato amable que no confunde inocencia con estupidez, gracias aun buen guión de Chris Weitz, notablemente respetuoso con la historia original y que sabe incidir con acierto en los motivos que llevan a los personajes a ser como son. Todo el reparto brilla en su cometido - estupendos Cate Blanchett como la madrastra y Richard Madden que acierta con el tono de su personaje del príncipe - y la puesta en escena resulta brillante tanto a nivel de vestuario como de decorados. Recomendable cuento de hadas tradicional muy bien rodado. |