Esta película es una delicia nostálgica y es que si algo funciona... ¿para qué vas a cambiarlo? Su mayor logro es que ha sabido trasladar a la perfección la esencia de las memorables tiras cómicas originales de Charles Schulz. Ciertamente es una rareza, ya que renuncia al humor posmoderno del cine actual para apostar por un relato inocente y honesto que llega fácilmente al corazoncito del espectador creando una historia bien llevada que resulta muy divertida. Lo único que le podríamos criticar los fans es que quizá le falte una dosis extra de crueldad hacia Charlie y que algún secundario aparece sólo porque todos tenían que salir en la película. En cuanto a la animación en sí hay que felicitarse de que a pesar de usar el 3D consiguen dotarle de un look lo más cercano posible al 2D del original, en un delicado equilibrio entre tradición y modernidad. Una pequeña joya del cine de animación que respeta fielmente el espíritu de las tiras originales. |