En esta cuarta entrega de la saga postapocalíptica, el director George Miller vuelve a dar buena muestra de su talento narrativo y nos ofrece dos espectaculares persecuciones - una en el arranque de la película y otra en el final; una hora de duración sumando ambas - que por sí solas ya hacen que valga la pena ver esta película. El montaje es de Oscar y la claridad narrativa resulta sorprendente para los tiempos que corren. Como excepción que confirma la regla, el 3D merece muy mucho la pena. Quizá el desarrollo de personajes no sea gran cosa (aquí vamos a salvar a Tom Hardy y, sobre todo, a una estupenda Charlize Theron) pero es que el gran espectáculo que nos ofrece la cinta oscurece los defectos que pueda tener. Una muestra superlativa de cine de acción y aventuras que bien merece pagar una entrada para verla en pantalla grande.

Acción en estado puro, para mí la mejor película de acción del 2015.