Tras lograr la mejor interpretación de su carrera en su primera colaboración con Ron Howard, Chris Hemsworth repite trabajo con el director en este ambicioso drama basado en la historia real que inspiró ‘Moby Dick’ que da la talla en cuanto espectáculo visual, pero no así en el plano emocional. Aunque es justo reconocer el elaborado trabajo de puesta en escena, existe una cierta sobredosis de espectáculo que acaba saturando al espectador. Las debilidades de un guión demasiado superficial tampoco ayudan a que el espectador conecte emocionalmente con los protagonistas. Una vistosa aventura que se alarga en exceso y no sabe sacar partido del factor humano del filme. |