Tras seis películas del personaje más querido de Sylvester Stallone y después de que la última de ellas oliera a despedida definitiva de la saga, resulta sorprendente la llegada de esta nueva entrega. Y lo es aún más si pensamos que Stallone cede el control creativo del filme a Ryan Coogler, quien necesitó varios años para convencerlo. Lo cierto es que nos encontramos con una estupenda película que de modo encubierto supone un remake de la primera parte. Y digo encubierto porque la verdad es que la personalidad de Adonis (el pupilo de Rocky e hijo de Apollo Creed) difiere de forma notable de la del viejo púgil en su determinación por convertirse en el número uno. Quizá la parte más floja del filme sea una trama romántica que carece de la innegable fuerza del resto del relato y que produce un bajón aunque no llegue a molestar. Con todo, ‘Creed: La leyenda de Rocky’ tiene una fuerza que atrapa al espectador desde el primer minuto, primero con el viaje de Creed y posteriormente con el de Balboa. Tanto las escenas de combates como algunos diálogos brillan a gran altura y Stallone - merecidamente nominado al Oscar - borda su papel de un Rocky en horas bajas que acepta con orgullo su misión de pasar el testigo a una nueva generación. Una gran película que permitirá disfrutar tanto a los más incondicionales seguidores de la saga como a los nuevos espectadores.