Estupenda adaptación de los cómics del mercenario bocazas de la Marvel y uno dice estupenda porque adaptar las brutalidades e incorrecciones políticas del original condenaba a esta producción a una calificación R (mayores de 17) en USA con lo que ello conlleva de riesgo para la productora a la hora de hacer taquilla. Partiendo de un magistral uso de la ruptura de la cuarta pared (algo que ya se usaba habitualmente en las viñetas originales) la cinta de Tim Miller nos regala todo un rosario de palabrotas, obscenidades, incorrección política extrema y chistes sexuales en medio de un discurrir de la narración que no da un segundo de pausa al espectador. La puesta en escena es brillante, los títulos de crédito iniciales son maravillosos (ni un solo nombre en ellos, je, je), y el guión consigue encuentra el equilibrio necesario para que ese festival de excesos no sea visto como una ida de olla. Tan impresionante es la performance de Ryan Reynolds llevando todo el peso de la película que podemos decir sin temor a equivocarnos que sin él la película no hubiese sido lo misma. Una peli de superhéroes absolutamente genial.

Mejor que Kick-Ass