Cada vez que Steven Spielberg y Tom Hanks han colaborado en un proyecto cinematográfico han dado a luz estupendas películas (Salvar al soldado Ryan, La Terminal o Atrápame si puedes) y este filme que nos ocupa no iba a ser menos ya que estamos ante un excelente thriller en el que tanto Spielberg como Hanks demuestran seguir estando en plena forma. El dominio escénico de Hanks, que sabe resultar dramático o divertido segun se requiera, resulta más que suficiente para sostener emocionalmente un filme basado en un estupendo y equilibrado guión de Matt Charman y los hermanos Coen. No exageramos si hablamos de que toda la película es una máquina perfectamente engrasada gracias a la magistral puesta en escena del mago Spielberg, algo habitual en su obra pero que aquí dota a la acción del filme de una extraordinaria fluidez, creando momentos muy efectivos y de gran tensión. A destacar la fotografía del habitual Janusz Kaminski que confiere a la obra de un acabado visual perfecto. Una sorpresa positiva es la interpretación de Mark Rylance, que se adueña de todas las escenas en las que aparece. Por sacar algún pero, la descripción de alemanes y rusos resulta algo estereotipada. Un thriller magistral que acierta con las dosis adecuadas de Tensión, drama y humor para narrarnos un caso real de la guerra fría y sin duda uno de los mejores filmes de este 2015 que llega a su fin.