La de 'Fast & Furious' es una saga que se ha vuelto cada vez más divertida con cada nueva entrega, una especie de 'Misión imposible' en versión choni. Escenas de acción espectaculares, un tono ligero, guiones propios de película de vídeo... Ahora la presencia de los secundarios gana entidad, integrándose mucho mejor en el grupo: por ejemplo, la relación de los personajes de Jason Statham y The Rock resulta divertidísima, casi se merecen una película aparte. La presencia del humor es constante, el guión se ha cuidado más que en anteriores entregas y el villano interpretado por Charlize Theron resulta de lo más convincente. Un espectáculo al borde de la caricatura, con situaciones y personajes que casi parecen de dibujos animados, que alcanza un estupendo climax final. Muy entretenida.