Una vuelta al humor de corte costumbrista de la película original. El argumento se centra en los intentos de su familia por encontrar un novio griego a la hija de los dos protagonistas de la primera entrega. Nia Vardalos vuelve a explotar a fondo sus mejores bromas pero aquí ya no encontramos la frescura del primer filme y, aunque hay un par de cosas francamente divertidas, todo da una sensación de estar forzado. La estética es muy de sit-com televisiva. Una secuela innecesaria que al menos sirve para pasar un rato agradable si no eres muy exigente. |