Disney continúa adaptando sus clásicos animados a imagen real y en esta ocasión le toca el turno a la, a mi juicio, mejor película animada de su factoría, con toda justicia nominada en su momento al Oscar a la mejor película. Pues si esperas ver algo de la magia de la original, puedes ir olvidándote. Sí, las líneas maestras se mantienen y la fidelidad con las escenas más recordadas es notable pero hay cambios de todo tipo -esas canciones añadidas de calidad muy inferior a las originales- que lejos de mejorar su nivel, lo empeoran. En cuanto a los personajes, se potencia el de la Bella, perfilando más sus motivaciones y forma de ser -una Emma Watson que no pega en ese papel- a costa del de La Bestia, que queda bastante diluido. Una decepción para todo aquel que haya visto la original. |