Esta película sobre héroes amorales tiene como principal fallo el no llevar esa amoralidad hasta sus últimas consecuencias, quedándose a medio camino para que empaticemos con sus personajes protagonistas. Sin embargo es justo reconocer la buena química que surje entre Miles Teller y Jonah Hill aunque sus motivaciones no lleguen a calar en el público. La película no sorprende en ningún momento ya que el rol de ambos personajes no evoluciona: uno intenta hacer las cosas bien y el otro las hace para salirse siempre con la suya. El trabajo de puesta en escena es correcto, recordando a títulos como 'El señor de la guerra' en el que está claramente inspirado. Lo mejor sin duda, el personaje de Hill, cuya risa y gestos dan entidad a un personaje que apenas la tiene a nivel de guión. Una oportunidad perdida: se queda corta como comedia y como thriller carece de tensión. |