El filme aborda el tema de las familias disfuncionales en una de sus infinitas variantes: el regreso del hijo pródigo forzado por una enfermedad mortal que ignora su familia. Su origen teatral no se nota demasiado pese a la limitación de escenarios empleados y hay un toque de nerviosismo que casa bien con la situación del protagonista. El director intenta buscar un toque introspectivo con un abuso de los planos cerrados. En el plano actoral, en el que todos brillan, hay que destacar a la extraña pareja formada por Marion Cotillard y Vincent Cassel. Una película arriesgada pero que no triunfa en su empeño. |