El debutante David F. Sandberg juega aquí con el uso de una de las fobias más extendidas: ¿quién no se ha sentido alguna vez intranquilo en la oscuridad pensando que algo o alguien podría atacarle? Aunque Sandberg crea algunas escenas que infunden inquietud al espectador - hay varios sustos-trampa - nunca llegan a ser escalofriantes. Para empeorar la cosa, el filme va perdiendo fuelle a medida que avanza la historia. De los actores, María Bello es la única que consigue transmitir algo de angustia; en general la composición de los personajes es pobre. Una película con alguna escena inspirada, lastrada por un guión deficiente con unois personajes que no despiertan la empatía del público. Sólo para espectadores poco exigentes. |