Una omnipresente Verónica Echegui da vida en el filme a un personaje que es una especie de cruce entre hípster y pringada. Si bien este planteamiento da a uno ganas de salir huyendo del cine, lo cierto es que estamos ante un relato optimista en el que se relativizan los problemas graves y si bien todo lo que sucede se ve venir a la legua, lo cierto es que la historia no es lo importante del filme. En todo momento se intenta trufar la cinta de escenas cómicas para que no decaiga el interés del espectador y a esto ayuda un reparto completamente entregado a sus personajes. Un pasatiempo aceptable que te hará salir con una sonrisa del cine siempre y cuando te gusten este tipo de comedias románticas. |