París, 1789. La Bastilla ha sido asaltada y un soplo de libertad invade las calles. Françoise, una joven lavandera, y Basile, sin familia ni apellido, descubren la euforia del amor y la revolución.
Es imposible negar la pesadez narrativa en que cae en según qué momentos el largometraje, pero cualquiera que haya profundizado un mínimo en los libros sobre la Revolución comprenderá el ánimo riguroso de Schoeller
Atesora el rigor de la crónica histórica, esquivando esa tendencia más absorta en el dramatismo (...), y se erige como un atractivo fresco dirigido a cinéfilos y entusiastas de la historia contemporánea.
La sobrecarga narrativa y lo poco desarrollados que están los personajes hacen que sea aburrida (...) Tiene buen aspecto, con un presupuesto generoso invertido en los detalles de la época