Mostrada fuera de competición en el 66º Festival de Cine de San Sebastián, el director Telmo Esnal narra a través de la danza tradicional un retrato costumbrista de la sociedad vasca. La tormenta recia después de una agotadora jornada trabajando en el campo. Cuando la lluvia cesa, empieza a brotar la vida sobre la árida tierra. El fruto de la tierra crece y madura, siendo capaz de sobrevivir a duras condiciones atmosféricas y convirtiéndose en la manzana que será utilizada para elaborar la sidra. Llega el otoño, la estación para celebrar la llegada de las cosechas, de brindar y de festejar por los manjares dados por la Madre Tierra, de celebrar el nacer del amor. Con danzas tradicionales, el filme muestra los ciclos de la vida y de la muerte, de la inhóspita lucha por sobrevivir en un ambiente marcado por el devenir de la naturaleza. Con música y danza, el documental acerca tradición y costumbres a un mensaje universal. Con los movimientos de los bailarines se crea un entregado canto a la tierra. |