Rafael, un tipo ligón y trepa, usa la planta de los grandes almacenes en los que trabaja para sus lances amorosos. Tras discutir con su rival al puesto de jefe de planta, le mata accidentalmente, y el único testigo del crimen es Lourdes, una insignificante dependienta, fea y obsesiva. Aprovechándose de la situación, Lourdes no duda en chantajear a Rafael, convirtiéndolo primero en su amante, más tarde en su esclavo y finalmente en su marido. Desesperado por la vulgaridad a la que le ha abocado su chantajista, trama un plan perfecto para deshacerse de ella.
El talento, digamos, cinematográfico de Álex de la Iglesia convierte toda esta fauna desagradable en un divertidísimo cuadro abstracto o hiperrealista, pero en cualquier caso incomprensible. La puesta en escena es, como siempre en este director, espectacular
Una película descompensada, llena de momentos de gozoso, hiriente regocijo, pero también con caídas del interés (...) con todo, está lejos de la comedia al uso, de la adhesión primaria, de la compensación fácil.
Aunque ofrece momento llamativos, acusa la tentación del exceso en que cae con frecuencia Álex de la Iglesia (...) Lo mejor: las escenas de acción, con el vértigo como referente hitchcockiano, y el descubrimiento de Luis Varela, un fantasma divertido.
Goya 2005: 6 nominaciones - Mejor Actor - Mejor Actriz Revelación - Mejor Actor Secundario - Mejor Sonido - Mejores Efectos Especiales - Mejor Dirección de Producción